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La vida en pequeñas dosis

“Harry Dresden – Mago”

Harry Dresden es el único mago que puedes encontrar en la guía telefónica. Vas a la sección “Wizards” de la guía de Chicago y no aparece ninguno más. Sus especialidades son las investigaciones paranormales y encontrar objetos perdidos. No hace trucos, no actúa en fiestas ni hace pociones de amor. Es un mago serio. Un profesional.

“What’s the sign on the door say?”

“It says Harry Dresden. Wizard.’ “

“That’s me,” I confirmed.

(Storm Front)

Su nombre completo es Harry Blackstone Copperfield Dresden, pero mejor que no lo uses en vano. Los nombres son poderosos, y si supieras cómo pronunciarlo correctamente tendrías poder sobre él.

Dresden tiene una oficina en el midtown de Chicago. Le cuesta llegar a final de mes, porque los trabajos legales para un mago son limitados. Vive en el sótano de una vieja casa, lleno de libros y cubierto por alfombras y muebles de segunda mano. Nada de electrónica: ni TV, ni ordenador, ni Internet. La magia y la electrónica se llevan mal: un mal gesto, un pensamiento distraído, y algo podría hacer “puf” y empezar a arder. Un gato enorme, Mister, honra a Harry viviendo con él y dejándole que le alimente. Los gatos son así, y Mister es todo un señor gato.

El otro compañero de piso de Harry Dresden es Bob. A Bob le encantan las novelas eróticas. Tiene un montón de ellas en su estantería, gastadas de tanto uso. Están al lado de su casa, una calavera humana de varios cientos de años. Bob es un espíritu del conocimiento, un tanto impertinente, lascivo y listillo, pero que sabe todo o casi todo lo que hay que saber sobre la magia y el mundo mágico.

Otra constante de la vida reciente de Harry Dresden es Karrin Murphy, directora del departamento de Investigaciones Especiales de la policía de Chicago. “Investigaciones Especiales” significa que IS se encarga de todo lo que es … raro. Dresden es el consultor de temas sobrenaturales del IS, lo que le viene muy bien para pagar el alquiler.

Vampire attacks, troll mauraudings, and faery abductions of children didn’t fit in very neatly on a police report—but at the same time, people got attacked, infants got stolen, property was damaged or destroyed. And someone had to look into it.

(Storm Front)

Aparte de estar sin blanca y sufrir el desdén de los muggles (perdón por usar una palabra de la saga de otro mago llamado Harry), hubo un incidente mortal en el que Harry estuvo involucrado cuando era un chaval. Nada fuera de lo común: su mentor intentó asesinarlo, y Harry usó sus poderes para matarlo, prendiéndole fuego a la casa en la que estaban. Harry tiene un don para la magia elemental de fuego; y aunque otros magos pueden manejarla de forma sutil, ése no es uno de los fuertes de Harry Dresden.

That plan did have a lot of words like assault and smash and blast in it, which I had to admit was way more my style.

(Ghost Story)

Desde aquel momento, el Concilio Blanco (el consejo de magos que vigila que ninguno se salga de madre, y castiga a los que lo hacen) le vigila de cerca. En el mundo de los magos, eso es como tener antecedentes criminales; con la salvedad de que, si hubiera otra ofensa, no habría juicio: el ofensor sería ejecutado. Y Morgan, que es uno de los ejecutores del Concilio y parece Sean Connery en “Los Inmortales” (espada terriblemente afilada incluida), está deseando que eso ocurra.

Ah, y además, la madrina de Harry es una de las más poderosas de la aristocracia de las hadas, y quiere convertirlo en uno de sus sabuesos. Pero por lo demás, su vida es más o menos normal y corriente.

Jim Butcher

El creador de Harry Dresden es Jim Butcher. Había escrito tres novelas desde que, con sólo diecinueve años, decidió ser escritor profesional; pero ninguna de ellas fue publicada. Se matriculó en un curso de escritura en 1996, y uno de sus “deberes” fue el escribir algo parecido a Anita Blake: Vampire Hunter. Butcher lo hizo, siguiendo las instrucciones de su profesora Deborah Chester, pero sin mucha convicción.

When I finally got tired of arguing with her and decided to write a novel as if I was some kind of formulaic, genre writing drone, just to prove to her how awful it would be, I wrote the first book of the Dresden Files.

Aún hubo de esperar más de dos años antes de que lo que había nacido como Semiautomagic y ahora se llamaría Storm Front, la primera novela de Harry Dresden, fuera publicada. Durante ese tiempo escribió la segunda novela, Fool Moon, y empezó la tercera, Grave Peril.

Desde el 2000, año de debut de Harry Dresden, Butcher ha publicado otros 14 volúmenes con sus aventuras. Para no hacer spoilers, sólo diré que lo que empezó siendo una serie de aventuras independientes empezó a complicarse tras los primeros libros, y ahora Harry Dresden tiene mucho más por lo que luchar, y mucho más que perder.

Un mago hardboiled

El estilo de los libros de Harry Dresden recuerda a la novela negra y detectives hardboiled creados por autores como Dashiell Hammet o Raymond Chandler: están contados en primera persona y el protagonista es un cínico anti-héroe (alguien mal visto en la sociedad tradicional) que está de vuelta de todo.

Pero, a diferencia de Sam Spade y sus parientes, Harry Dresden te hace reir. No sólo le ocurren cosas graciosas, sino que su sarcasmo es ocurrente y divertido. En uno de los libros, uno de sus enemigos le hace prisionero y le subasta por eBay. Harry le sugiere que ponga en la descripción del artículo “un Harry Dresden, seminuevo”.

Los libros son cortos, llenos de acción. Recuerdan a las novelas pulp, en las que no hay más de cinco páginas seguidas sin que pase algo: un disparo, una sorpresa, un ataque de vampiros (es Harry Dresden, al fin y al cabo). En todos los libros se siembran pistas que acaban floreciendo al final, cuando todo se revela y el Bien triunfa … casi siempre.

Harry Dresden es como su homónimo británico, pero con más chispa, más mala leche y más chicas guapas. Los buenos no son buenos del todo, y los malos a veces hacen cosas buenas. Hay magos, hadas y monstruos. ¿Qué puede no gustar de todo esto?

La palabra es “restomod”

“Restomod”. Es una palabra que no conocía hasta hace poco, y que tiene mucho que ver con los coches que pongo por aquí.

Qué es un restomod

“Restomod” es un acrónimo que viene de restored y modified (o modernized, según dónde preguntes). No hay una definición precisa, pero el consenso viene a ser éste: se considera restomod un coche clásico que, manteniendo un aspecto muy cercano al original, ha sido modificado con componentes modernos para hacerlo más seguro y/o mejorar sus prestaciones.

Según el libro How to build Ford Restomod street machines,  quien acuñó el término fue Jim Smart, de la revista Mustangs & Ford Machines en 1995. Le ayudó a ello Ron Bramlett, dueño de la tienda Mustangs Plus, que en 2001 patentó la palabra.

Durante los años 80 la moda entre los dueños de Mustangs era dejarlos tal y como habían salido de fábrica. La caza de componentes originales era su mayor afición. Pero en los 90 empezaron a surgir “herejes” que añadían a sus coches modificaciones adicionales. Al principio eran sólo modificaciones que se podían deshacer fácilmente, por si había que volver a dejar el coche como estaba. Los productos de estos cambios se llamaron restomods, coches restored pero modified. Poco a poco las modificaciones se hicieron más radicales: nuevos motores, nuevas ruedas, cambios de asientos e interior, nuevos sistemas de sonido … Los coches seguían siendo Mustangs, pero ya no se podían considerar clásicos. Aunque habían sido restaurados, también habían sido modificados más allá de lo que los ingenieros de Ford habían planeado.

El ejemplo que hizo el término conocido para el gran público fue uno que ya ha salido por aquí: Eleanor, el Mustang de 60 segundos.

Que, en realidad, no es un restomod. Este coche es un modelo moderno construido expresamente para la película. La película “60 segundos” protagonizada por Nicholas Cage es un remake de otra de 1974, del mismo nombre (Gone in 60 seconds), en la que sale el “Eleanor” original:

“Eleanor” de 1974 (fuente: ford-life.com)

¿Cuánto mod hace falta para un restomod?

El tema de la mayor parte de discusiones sobre restomods en Internet es cuánto hace falta modificar un coche clásico para considerarlo un restomod. ¿Llega con cambiar las ruedas? ¿Hay que cambiar el motor? ¿Vale un kit que sólo cambia algo de la apariencia del coche, como los retrovisores o la parrilla del radiador?

Jay Leno, dueño de una de las mayores colecciones de coches clásicos, decía en un artículo para Popular Mechanics:

Take my two 1925 Doble steam cars. They weigh 6000 pounds and move pretty well but only have rear brakes. That’s insane. I put brake drums on the front, with Corvette disc brakes hidden inside them. Now I can comfortably drive my Dobles, because they reliably stop.

Éste es un caso curioso de restomodding, porque el coche del que habla Leno es un coche de 1925 … ¡a vapor! Éste, en concreto:

Jay Leno en su 1925 Doble Model E Roadster (fuente: www.classiccarsblog.com)

Jay Leno en su 1925 Doble Model E Roadster (fuente: www.classiccarsblog.com)

Sin embargo, el coche mantiene su aspecto original, salvo porque se ven los frenos de disco delanteros. Es un restomod de libro.

Pero Jay Leno también tiene coches más convencionales a los que aplica otras modificaciones:

I went much further with my just-restored Ford Galaxie. While it looks completely original, it’s an all-new car underneath. The suspension now moves with improved trailing arms, a Panhard rod to limit rear-axle sway, oversize antiroll bars, beefed-up mounting brackets and stiffer, polyurethane bushings, all from a suspension company called Hotchkis. The sloppy recirculating-ball steering was replaced with a precise rack-and-pinion setup. Wilwood cross-drilled and vented disc brakes grace all four corners. In the engine room, there’s a fuel-injected 511-cubic-inch Jack Roush V8 backed by a Tremec six-speed gearbox. We wrapped the old pieces in paper and put them on a shelf in case we ever want to return the car to its original condition.

Como se puede leer en la última línea, Leno conserva la posibilidad de revertir el coche a su estado original si hiciera falta. Y de hecho, su Ford Galaxie no parece un restomod hasta que levantas el capó, como se ve en el vídeo a continuación.

Restomods con más mod que resto

Hay otros casos en los que no es así, porque las modificaciones que se han hecho son demasiado grandes. Para esos tipos de modificaciones hay otros nombres: “Pro-Touring”, “Pro-Street”, “Rat Rod”, “Hot Rod” …

Pero ésos me los guardo para otro día. Por hoy, quédense con que la palabra es “restomod”.

Referencias

50 años del Ford Mustang

Hace poco escribía sobre los 50 años de los motores Hemi, y hoy toca otro 50 aniversario: el del Ford Mustang.

El día 17 de abril de 1964 Ford presentó un coche de toques deportivos y coste reducido dirigido a los más jóvenes. Hacía poco que los fabricantes se habían dado cuenta de que los chavales que acababan de sacar el carné de conducir era un target poco explotado, y el Mustang fue un experimento de Ford para tantear al nuevo público. Un experimento que salió mucho mejor de lo que cualquiera podía imaginarse.

El Mustang original, presentado el 17 de Abril de 1964 (fuente: hemmings.com)

El Mustang original, presentado el 17 de Abril de 1964 (fuente: hemmings.com)

No voy a decirles más, porque ya escribí una vez sobre el Mustang, y sobre una variante que hizo Shelby, y sobre otra variante que se hizo famosa por una película. Ha habido Mustangs de sobra por aquí. Hoy vamos a hablar de la celebración.

El Mustang del Empire State Building

En 1965 Ford estaba inmersa en la promoción de su nuevo éxito, y a algún ejecutivo o creativo publicitario se le ocurrió poner un Mustang donde nadie hubiera puesto antes un coche: la terraza del Empire State Building.

Mustang del 1965 en el Empire State Building (fuente: www.gtspirit.com)

Mustang del 1965 en el Empire State Building (fuente: www.gtspirit.com)

Hay un artículo muy completo en El Mundo con los detalles. Lo más destacable, que no era posible subirlo con una grúa, ni en el ascensor; así que los mecánicos de Ford lo cortaron en tres trozos, los subieron en el ascensor, y los reensamblaron en la terraza. Para el 50 aniversario se hará lo mismo, pero con un modelo GT del 2015. Como es un coche más grande, los mecánicos tendrán que cortarlo en más trozos que el Mustang original, y luego montarlo en menos de 6 horas.

Mustang GT de 2015 (fuente: www.gtspirit.com)

Mustang GT de 2015 (fuente: www.gtspirit.com)

Caravana de Mustangs

Aunque subir un coche al Empire State Building es un stunt impresionante, me ha gustado más la iniciativa del Mustang Club of America, que va a coordinar una marcha de los coches de sus miembros desde Oklahoma a Las Vegas y la Charlotte Motor Speedway, en Carolina del Norte. Pararán en varias ciudades durante su viaje, dando a los ciudadanos la oportunidad de contemplar de cerca el icono de los muscle cars. No será la única marcha de los Mustang: otra asociación, la Mustangs Across America, llevará su manada de caballos salvajes desde Los Angeles a la Charlotte Motor Speedway. Ambas llegarán el día 16 a su destino, lo que significa que la pista de competición de Charlotte será, durante un día, un santuario de Mustangs.

Quién pudiera estar allí para verlo.

Itinerario de la marcha Mustangs Across America (fuente: mustangsacrossamerica.com)

Itinerario de la marcha Mustangs Across America (fuente: mustangsacrossamerica.com)

 

“Curso de ética periodística”

Los que tengan algunos años sabrán a qué se refiere el título de este post. Recordarán que a finales de los 90 hubo un programa llamado “Caiga quien caiga” en Telecinco, dirigido por el Gran Wyoming, que se hizo famoso por gastar bromas y hacer preguntas impertinentes a personajes famosos de todo tipo, especialmente políticos. Sus componentes vestían a lo Reservoir Dogs: traje y corbata negros, camisa blanca y gafas oscuras. Fue un programa muy popular; tanto, que los políticos pasaron de ignorar a sus periodistas cuando les gritaban preguntas a recibirles en la Moncloa.

Una de sus secciones más conocidas se llamaba “Curso de ética periodística”, de la que se encargaba Juanjo de la Iglesia. En ella se mostraban titulares polémicos aparecidos en la prensa y se recomendaban versiones más correctas. La estructura siempre era la misma: primero se presentaba el titular original, explicando por qué no era adecuado; luego se presentaba una opción que ahondaba en su incorrección, llevándola al extremo; y al final se recomendaba una versión más neutra o mejor redactada.

Hoy les pongo un ejemplo claro de lo que Juanjo mostraría en su sección. Lo incluyo como captura de pantalla porque nunca se sabe si desaparecerá de la web en algún momento. Es de El País, día 24 de febrero de 2014:

elpais-evole-20140224

Según la definición de la RAE, “patraña” significa:

Mentira o noticia fabulosa, de pura invención.

Así que, técnicamente, no se puede decir nada malo del titular. El documental es ficticio, inventado, así que encaja en la definición de “patraña”. Pero como es obvio para cualquiera que haya leído un libro o dos, tiene unas connotaciones muy negativas. El País se ciñe a la definición de “noticia fabulosa, de pura invención”, pero la que quiere transmitir es la otra: “mentira”. Y con “mentira”, además, quiere sugerir algo más negativo: mala intención, ganas de hacer daño, ganas de molestar. O quiere llamar la atención con un titular manifiestamente mejorable y recibir miles de visitas cabreadas, como la mía. Que también podría ser. Todo arde con la chispa adecuada, que decía Bunbury.

Cuando acudimos a un periódico (o cualquier otra fuente de noticias) no buscamos opinión, sino hechos. Buscamos información, saber qué ha pasado para hacernos una opinión propia (salvo que leamos prensa rosa o deportiva, que son otro mundo). Acepto que el medio introduzca sutilmente su “spin”, dejando ver que hay una opinión detrás que puede o no ser distinta a la mía; pero no me gusta que me la grite a la cara con medios tan burdos como éste, porque me está diciendo qué debo pensar.

En el espíritu del “Curso de ética periodística”, si lo que quiere decir El País es que Évole ha querido molestar a todos esos televidentes, para hacer que se sientan mal, podría haberse dejado de sutilezas y haber usado un titular como éste:

 Las mentiras de Évole sobre el 23-F engañan a 5,2 millones de pardillos

Pero como es obvio, yo recomendaría otra versión del titular:

Évole bate récords con su falso documental sobre el 23-F y logra 5,2 millones de espectadores

Sólo con cambiar una palabra el titular se convierte en lo que debería ser: una forma breve y objetiva de informar sobre un hecho.

“How to Stop Sucking and Be Awesome Instead”

  1. Embrace the Suck
  2. Do It in Public
  3. Pick Stuff That Matters

(CodingHorror)

50 aniversario de los motores “hemi”

Hace unos días salió en Hemmings.com esta noticia: “Mopar celebrates 50 years of the 426 Hemi engine”. Me sonaba eso del motor “Hemi”, porque aparecía en muchos “muscle cars” originales o reformados. Y como no tenía ni idea de qué significaba, y a lo mejor ustedes tampoco, decidí enterarme y contárselo.

No esperen una explicación técnica demasiado elaborada: hice la obligatoria búsqueda en Google y encontré una explicación muy buena en HowStuffWorks, a la que les remito si tienen dudas. Yo sólo les contaré el resumen muy resumido, para que parezca que sé de lo que hablo aunque no sea así.

La palabra “Hemi” viene de “hemiespherical”, o “semiesférico” en español, y se refiere a la forma de la parte superior de la cavidad del cilindro. Voy a robarle una imagen a HowStuffWorks para que lo vean mejor:

Diseño básico de un motor "Hemi" (fuente: howstuffworks.com)

Diseño básico de un motor “Hemi” (fuente: howstuffworks.com)

Repasemos brevemente el funcionamiento básico de un motor de combustión: a través de un conducto se suministra al cilindro (la cavidad donde se lleva a cabo la combustión) una mezcla de aire y combustible. Cuando el pistón sube, comprime la mezcla. En ese momento la bujía genera una chispa, la mezcla estalla e impulsa el pistón hacia abajo, reiniciando el ciclo.

Hasta febrero de 1964, los motores usados en los coches que corrían en Daytona 500 eran del tipo llamado “flathead”, o “cabeza plana”. La cavidad del cilindro tenía un “techo” plano, contra el que se lanzaba el pistón y en el que se introducía la mezcla de combustible. La fabricación de un motor así es sencilla, y sobre todo, barata. Perfecta para un motor destinado a las masas. Pero en ese mes, Chrysler presentó un nuevo motor, en el que la cavidad del cilindro tenía un techo semiesférico. Otro cambio importante es que las válculas de admisión (por donde entra la mezcla de aire y combustible) y expulsión (por donde salen los gases generados tras la combustión) están situadas en lugares opuestos del techo de la cavidad del cilindro, en lugar de aparte, como en un motor “flathead”.

La mayor ventaja del motor Hemi es que concentra más la combustión, y eso la hace más eficiente; además, las válculas opuestas y de mayor tamaño facilitan la circulación de gases, aumentando el rendimiento del motor (explicación ultra-resumida; ver el artículo de HowStuffWorks para ver la explicación de verdad). Así que cuando Chrysler arrasó en Daytona 500 gracias a este motor, no sólo creó un hito tecnológico: también creó una leyenda.

 

“Funcionar bien”, “funcionar mal”

Ésta es una de esas entradas que refuerzan mi reputación de pilkunnussija.

Desde hace un tiempo tengo dudas siempre que escribo que algo “funciona bien” o “funciona mal”. Porque, si algo “funciona bien”, ¿no es lo mismo decir “funciona”, sin calificativos? Y si funciona mal, ¿no es lo mismo que decir “no funciona”?

Usar “funciona mal” es justificable. Puedes decir que algo “funciona mal” cuando hace parte de su trabajo bien y otra parte mal. Por ejemplo: si mi coche funciona, pero hace más ruido del normal, puedo decir que “funciona mal”. Si mi ordenador se cuelga de vez en cuando, “funciona mal”.

Pero todavía no he encontrado una justificación razonable para “funcionar bien”. Si funciona bien, es que funciona; hace su trabajo correctamente; cumple con su función. No hay matices: si “funciona bien”, es que funciona. Y punto.

¿Obsesivo yo? Qué va.

 

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