La vida en pequeñas dosis

Category: Literatura

Los mundos de Burroughs

Si les digo “Edgar Rice Burroughs”, quizás no les suene el nombre. Puede que tampoco les suene si les digo “Barsoom” o “John Carter” (aunque ahora van a hacer una película). Seguro que no les suena si digo “Pellucidar” o “Caspak”.

Pero … ¿y si digo “Tarzán”?

Edgar Rice Burroughs

Edgar Rice Burroughs, imaginándose a alguna de las doncellas de su literatura.

Edgar Rice Burroughs (1875, Chicago) es el creador del famoso hombre-mono. Fue soldado durante un par de años, se casó dos veces y fue corresponsal de guerra en la segunda guerra mundial, cuando tenía más de sesenta años. Empezó a escribir cuando trabajaba como vendedor de afila-lápices. Tarzán fue su mayor creación, la que le hizo rico y famoso, y la que ha dejado una mayor huella cultural. Tanto, que existe un pueblo en los EEUU con el mismo nombre que le puso a su rancho: Tarzana.

Pero hoy no les quiero hablar de Tarzán. Hay muchos relatos con él como protagonista, y todavía no he leído lo suficiente como para dar una opinión bien formada. Hoy quiero descubrirles algunas de las otras obras de este autor, muy prolífico y también encuadrado dentro de lo que se llamó “literatura pulp“.

Since earliest childhood I have been strangely fascinated by the mystery surrounding the history of the last days of twentieth century Europe. My interest is keenest, perhaps, not so much in relation to known facts as to speculation upon the unknowable of the two centuries that have rolled by since human intercourse between the Western and Eastern Hemispheres ceased—the mystery of Europe’s state following the termination of the Great War—provided, of course, that the war had been terminated. (The Lost Continent)

Burroughs escribió en varios géneros, pero la mayor parte de su obra se encuadra dentro de un estilo muy particular, a caballo entre la aventura, el romance y la ciencia ficción. Estos relatos están ambientados en mundos imaginarios, recreaciones de sitios existentes o basados en teorías más o menos populares de la época: los “mundos de Burroughs”.

El mundo salvaje

En la literatura de Burroughs hay varios temas recurrentes. El primero, los mundos en los que transcurre la acción. Pueden ser otro planeta del sistema solar (Barsoom, que es Marte; Amtor, que es Venus), un mundo escondido dentro del nuestro (Pellucidar, que parte de que la Tierra está hueca y hay otro mundo en el interior), una isla misteriosa con sus propias leyes evolutivas (Caspak) o una Europa que ha permanecido aislada cientos de años después de la Gran Guerra (The Lost Continent).

Mapa de Pellucidar

Mapa de Pellucidar, en el centro de la tierra.

No suelen estar demasiado detallados. No hay ese estudio obsesivo tan característico de la ciencia ficción “dura”, preocupada por la precisión y verosimilitud de lo que cuenta. La mayor parte de lo que sabemos de estos mundos viene de la exploración de los protagonistas, y está filtrado por su punto de vista. De vez en cuando cae en la exposición pura y dura, cuando un personaje nos da un discurso sobre el mundo y sus características (pecado común en la ciencia ficción), pero por suerte no abunda.

Los mundos en que se ambientan las aventuras de Burroughs son salvajes y peligrosos. Los animales que los habitan son casi siempre bestias agresivas y carnívoras, y muchas veces gigantes.

Had I still retained the suspicion that we were on earth the sight that met my eyes would quite entirely have banished it. Emerging from the forest was a colossal beast which closely resembled a bear. It was fully as large as the largest elephant and with great forepaws armed with huge claws. Its nose, or snout, depended nearly a foot below its lower jaw, much after the manner of a rudimentary trunk. The giant body was covered by a coat of thick, shaggy hair. (At the Earth’s Core, del ciclo de Pellucidar)

Son mundos primitivos, habitados por tribus semisalvajes, a veces ni siquiera humanas. No suele haber grandes civilizaciones, y si las hay tienden a ser malvadas (como los Mahars de Pellucidar). Recuerdan a la tierra en la prehistoria, con dinosaurios, dientes de sable y otros dulces animalitos.

Otro tema recurrente son los personajes. El protagonista, bajo varios nombres y apariencias, siempre es un joven anglosajón (americano o británico), aguerrido, honorable, culto y de buena familia, familiarizado con el combate con o sin armas, que inexorablemente termina liderando al resto de los personajes. El love interest es una mujer bella y deseable, pero aparentemente incapaz de cuidar de sí misma, porque tiene que ser rescatada por el protagonista. La némesis del protagonista es un malo muy malo, sin posible redención, que no tiene otro empeño que raptar a la chica y conspirar contra el protagonista. Otro personaje clásico es “el amigo cachas”, un habitante nativo del mundo, guerrero fuerte y experto, con un estricto código de honor, que se hace amigo del protagonista y lo ayuda en sus aventuras.

Cuestión de estilo

Burroughs empezó a escribir porque pensó que podía hacerlo mejor que lo que leía en las revistas pulp. En sus propias palabras:

As a matter of fact, although I had never written a story, I knew absolutely that I could write stories just as entertaining and probably a whole lot more so than any I chanced to read in those magazines.

Me parece un comentario muy humilde, porque la prosa de Burroughs es fantástica. Es ligera, ágil, fácil de leer; pero también tiene un punto lírico sin llegar a ser pedante. No tiene pretensiones artísticas o elevadas. No de forma notable, al menos.

Sus relatos suelen ser más largos que los de Robert E. Howard (el creador de Conan): unas ciento y pico páginas, de media. Son pura acción: persecuciones, raptos, peleas, espadas, disparos y salvaciones en el último momento. Es la literatura perfecta para esos veinte minutos del autobús, o esa media hora del tren. Verdaderos page turners, hechos para devorar compulsivamente.

El mayor defecto que se le puede achacar es que llega un punto en que a uno le empieza a parecer todo lo mismo. No hay mucha diferencia entre las aventuras de Jefferson Turck (The Lost Continent), David Innes (la serie de Pellucidar) o Bowen J. Tyler (la serie de Caspak). Los escenarios son bastante parecidos, y el argumento suele ser algo del tipo de “valiente joven aparece por accidente en un mundo diferente al nuestro en el que conoce a una damisela en apuros, de la que se enamora y a la que rescata tras varias peripecias y enfrentamientos”.

Y aún así, merece la pena. Toda su obra rezuma ese sentimiento de aventura que se tiene cuando eres niño y todo es nuevo para ti. Lees los relatos de Burroughs porque quieres saber más sobre esos mundos que te está describiendo, no porque dudes de que el protagonista va a rescatar a la chica y/o sus amigos. Lo que cuenta es inverosímil (¿la tierra está hueca? ¿Marte habitado? ¿una isla en la que la evolución avanza según te internas en ella?), pero te lo crees. Y te lo crees porque es divertido. Te gusta el sitio al que te lleva aunque sepas que se no tiene mucho sentido.

I opened my eyes upon a strange and weird landscape. I knew that I was on Mars; not once did I question either my sanity or my wakefulness. I was not asleep, no need for pinching here; my inner consciousness told me as plainly that I was upon Mars as your conscious mind tells you that you are upon Earth. You do not question the fact; neither did I. (A Princess of Mars)

Edward Rice Burroughs es uno de esos abuelos de la literatura de aventuras que han influido a todos los que ahora consideramos clásicos de la ciencia-ficción. También ha sido denostado porque su obra carece de profundidad, porque no esconde ni mensaje ni moraleja. Porque es literatura hecha sólo para entretener.

Por eso mismo la recomiendo.

Referencias:

Conan el Cimmerio

Know, oh prince, that between the years when the oceans drank Atlantis and the gleaming cities, and the years of the rise of the Sons of Aryas, there was an Age undreamed of, when shining kingdoms lay spread across the world like blue mantles beneath the stars—Nemedia, Ophir, Brythunia, Hyperborea, Zamora with its dark-haired women and towers of spider-haunted mystery, Zingara with its chivalry, Koth that bordered on the pastoral lands of Shem, Stygia with its shadow-guarded tombs, Hyrkania whose riders wore steel and silk and gold.

But the proudest kingdom of the world was Aquilonia, reigning supreme in the dreaming west. Hither came Conan, the Cimmerian, black-haired, sullen-eyed, sword in hand, a thief, a reaver, a slayer, with gigantic melancholies and gigantic mirth, to tread the jeweled thrones of the Earth under his sandalled feet.

No sé ustedes, pero a mí me parece una de las mejores introducciones de la historia de la literatura. He leído poco y lo mío no es el género “gafapasta”, que es lo que se considera “literatura culta”; pero si medimos la calidad por lo evocador, por la manera de envolverte y sumergirte en ella, por las ganas que dan de seguir leyendo y averiguar más sobre ese mundo que se insinúa, la introducción de The Phoenix on the Sword, primer relato de Robert Ervin Howard en el que aparece Conan, es oro puro.

Conan el Bárbaro interpretado por Frank Frazetta

Conan el Bárbaro interpretado por Frank Frazetta, su dibujante más famoso

Sé que ya había escrito una breve entrada en el antiguo weblog sobre esto, pero ahora que he “refundado” Retrincos, y que sé cómo usar los borradores de WordPress (¿cómo pude vivir sin esto hasta ahora?), puedo dedicar varias horas no consecutivas a escribir largo y tendido sobre Conan, su mundo y su autor. Otra vez, gracias al Kindle y las expiraciones de copyright, que me están permitiendo “empaparme” en las obras de muchos autores que apenas conocía. Y, en el caso de Robert E. Howard, autores que tenía en muy baja estima. Injustamente, por lo que estoy viendo.

(Por cierto, un saludo a la Puerta de Ishtar, weblog que sigo sobre un juego de rol en fase de creación en el que el autor tampoco ha podido escaparse al encanto de Conan, incluyendo los hombres libres cimmerios entre las razas para jugadores.)

LECTURAS RECOMENDADAS

De Conan hay decenas de relatos. Howard escribió veintipico, el canon, lo oficial. Pero hubo otros autores que se subieron al carro y escribieron más, con lo que la colección creció a varias decenas. Leerlo todo es tan poco práctico como costoso, porque sólo los relatos de Howard están bajo el dominio público. Los demás aparecen en recopilaciones diversas, a veces mezclados con los originales.

Robert E. Howard

Robert E. Howard. Quién iba a decir que un tipo con esta pinta iba a crear a Conan el bárbaro.

Para alguien que no haya leído nada de Conan, como me pasaba a mí hasta hace poco, recomendaría empezar por cualquiera de los relatos cortos de Howard, de los que pueden encontrar una lista en Wikipedia. The Phoenix on the Sword (mencionado antes), Queen of the Black Coast, The Devil in Iron y Jewels of Gwahlur son buenos candidatos. En ellos aparecen los elementos básicos de la mitología Conan:

  • Todos los magos son malvados, porque la magia bebe de fuentes oscuras que corrompen al que la usa
  • Criaturas monstruosas
  • Ciudades abandonadas
  • La jungla
  • Mujeres florero que tienen que ser salvadas por Conan (Belit, de Queen of the Black Coast, es la única excepción … y sólo en parte)
  • Tesoros
  • Serpientes gigantes

Cuando hayan leído alguno de estos relatos están preparados para pasar a la única novela de Conan que escribió Howard: The Hour of the Dragon. Ahí encontrarán los elementos que faltan: nobles intrigantes, batallas campales, muertos que vuelven a la vida, Stygia y los adoradores de Set, un tour por varias provincias del reino de Aquilonia … fundamental. No pueden decir que han leído algo de Conan sin haber pasado por aquí.

La película

Todos hemos visto la película de Conan. Pero … ¿cuánto hay de los libros en ella?

Tómense esto con un grano de sal (que dicen los anglosajones), porque aún no he leído todos los relatos de Howard. Pero por lo que ya he visto, les puedo decir que:

  • Valeria, el gran amor de Conan en la película, sólo sale una vez (en Red Nails). Y la relación es mucho más ligera, como con cualquiera de las otras mujeres con las que se topa.
  • La aparición de Valeria después de muerta para salvar a Conan en el último momento está sacada de Queen of the Black Coast. Y no les digo más para no estropearles el relato.
  • En ninguno de los relatos de Conan se habla de su infancia más que para decir que su padre era herrero y que él nació en una batalla. Nunca se dice que fue esclavo, ni que le enseñó a luchar con la espada un maestro oriental.
  • Conan no tiene una espada preferida. En cada relato usa una diferente, según el sitio en que se encuentre y lo que tenga a mano. Sí que se hace referencia a que usa espadas grandes que hombres menos “masivos” (por usar el epíteto preferido por Howard) no pueden manejar.
  • En los relatos, Conan habla mucho, mientras que en la película (¿por limitaciones del actor?) no dice ni “mu”. Es sarcástico y burlón. Invoca a Crom a menudo, pero también menciona a otros dioses de las mitologías locales: Ymir, Mitra o Ishtar, por ejemplo.

Iba a seguir, pero me acabo de dar cuenta de que en Wikipedia (como siempre) lo explican mejor. Muchas de las escenas están sacadas del material posterior a Howard creado por otros autores. El resumen es: la película está muy bien, pero no busquen en los relatos (originales) lo que vieron en ella.

La Edad de HyBORIA

El mundo de Conan se ubica en la “Edad de Hyboria”, un tiempo mítico antes de la historia conocida. Parte de la época en la que se hundió Atlantis y varios cataclismos reformaron la forma de la tierra. Después de publicar la primera historia de Conan, Howard escribió un ensayo (The Hyborian Age) sobre esta edad y este mundo, para dar un trasfondo histórico coherente a todas sus aventuras. Está basado en el mundo real, y por eso muchos nombres recuerdan a sitios que existen, que existieron o que pertenecen a la mitología antigua: Hyboria (de la mítica Hyperborea), Brythunia (Bretaña), Argos (de inspiración griega), Asgard (de la mitología nórdica), Stygia (del río Styx, que en la mitología griega separaba al mundo del “más allá”), Khitai (China), Afghulistan (Afghanistán) …

Mapa de Hyboria

Mapa de Hyboria, 1932, basado en una ilustración de Robert E. Howard.

Varias cosas me llamaron la atención de este ensayo. La primera, y otra constante de la literatura de Conan que olvidé mencionar, son los “hombres mono”. En varias ocasiones se hace referencia a un estado “subhumano”, o “no evolucionado”, en los que los hombres son ape like, “simiescos”, y del que evolucionan a los hombres actuales (tal como aparecen en los relatos). En el caso de los Atlantes, raza antigua que alcanzó altas cotas de civilización (y del que el rey Kull, otro personaje de Howard, es miembro), es todavía más interesante: son una de las razas dominantes del mundo pre-cataclísmico, pero caen y pasan miles de años como salvajes, convirtiéndose en seres subhumanos y bárbaros, de la edad de Piedra. De ese estado, en unos miles de años más (las leyes de evolución en la edad Hyboria funcionan mucho más rápido que en la realidad), se convierten otra vez en humanos, grandes y fuertes: los cimmerios, de los que Conan forma parte.

The Hyborian Age es interesante por todo lo que revela del mundo de Conan: cómo se forma, cómo cambian los reinos, cómo unos destruyen a otros, cómo las gentes son desplazadas por otras, etc. Va desde mucho antes de la época de Conan hasta después, con lo que no sólo conoceremos el pasado del mundo, sino también su futuro.

Referencias

¡Vivan los copyrights! Los expirados, quiero decir. Pueden leer los relatos originales de Conan gratis y legalmente. Hay tres fuentes para obtenerlos:

Los he puesto por orden de preferencia. La fuente original suele ser siempre el proyecto Gutenberg, pero en ManyBooks y FeedBooks les dan algo más de formato y quedan más aparentes. Los enlaces que he puesto a lo largo de la entrada para descargarse los relatos apuntan a estos sitios.

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