Tercera y última entrega de esta pequeña serie, en la que abordamos el tema de las espadas malditas: ésas que te permiten cortar a tus enemigos como si fueran de papel, y a cambio lo único que quieren es tu vida (y tu alma).

Hoy vamos a ver el origen de estas espadas, escondido en las brumas de los antiguos cuentos nórdicos.

La espada maldita original

La espada maldita más famosa en la mitología nórdica, merecedora de toda una saga para ella solita, tiene un nombre conocido: Tyrfing.

Efectivamente, es el mismo nombre que la espada de “The Broken Sword”. Poul Anderson tomó prestada la espada de los Edda, los poemas en nórdico antiguo que contienen todo lo que conocemos de la mitología nórdica y germánica.

Curiosidades lingüísticas: Tyrfing significa “el dedo de Tyr“, dios de la guerra (que era manco, para más señas). Este nombre también sirvió para denotar a los Godos, que pasaron al latín como Tervingi. Tyr fue el dios de la guerra durante mucho tiempo en el panteón nórdico, pero posiblemente sus publicistas no eran muy buenos y perdió popularidad en favor de Thor y Odín.

Svafrlami "negociando" con Dyrin y Dvalin

Svafrlami "negociando" con Dyrin y Dvalin

Como dice Bolverk en “The Broken Sword”, Tyrfing fue creada por los enanos Dyrin y Dvalin para Svafrlami. Este señor era un nieto de Odín, y rey de Gardariki. Atrapó a los enanos y les obligó a hacer para él una espada mágica, que nunca fallara un golpe y cortara la piedra y el acero tan fácilmente como la ropa. Los enanos cumplieron, pero también la maldijeron para que cada vez que se desenvainara tuviera que matar a un hombre, para que ninguna de las heridas que causara se pudiera curar, para que fuera la causante de tres grandes males, y para que matara a su propio dueño.

Y así fue: Tyrfing mató a Svafrlami, causó la muerte de un dueño posterior llamado Angantyr, mató a su pariente Hjalmar, causó la muerte de otro pariente de éste y sus dos hijos, y finalmente mató al último en la línea de sucesión de la familia. No hay que bromear con las maldiciones enanas.

Kullervo

Supongo que no les sonará de nada este nombre. A mí no me sonaba hasta hace un tiempo, cuando empecé a bucear en los orígenes de la literatura de Tolkien. Kullervo es el nombre de un personaje trágico de las leyendas finlandesas, y la inspiración explícita para Túrin Turambar. Y sí: él también tenía una espada mágica, aunque no exactamente maldita.

Según el mito, dos hermanos nacieron y fueron separados: Kalervo y Untamo. Crecen, se hacen hombres y se asientan en sitios diferentes con sus familias. Un día se enfrentan por un tema de pesca, y hay una escalada de violencia que degenera en guerra y termina con la tribu de Kalervo exterminada. Pero no todos mueren: la embarazada hija de Kalervo, Untamala, sobrevive y se rinde a Untamo. Pronto da a luz a un niño, Kullervo.

"La maldición de Kullervo", por Akseli Gallen-Kallela

"La maldición de Kullervo", por Akseli Gallen-Kallela

Desde pequeño, Kullervo declara que vengará la muerte de su tribu. Se hace tan pesado que Untamo intenta matarlo hasta tres veces, pero el condenado niño sobrevive gracias a sus latentes poderes mágicos. Tras nuevos intentos de deshacerse de él, lo vende como esclavo y se olvida del tema.

Pero Kullervo sobrevive, y habiéndose hecho mayor se reencuentra con los restos de su familia. Han sobrevivido todos salvo por su hermana pequeña, perdida y dada por muerta. El padre de Kullervo tampoco tiene éxito con la educación de su hijo, que en uno de los viajes que le han encargado encuentra a una pordiosera a la que seduce usando sus artes mágicas. Pero la pordiosera resulta ser su hermana, que se suicida por vergüenza.

Kullervo, avergonzado y dolido, llega a la conclusión de que todos sus problemas son consecuencia del exterminio de su tribu por parte de Untamo, y pide al dios Ukko (el dios del cielo y la tempestad, muy similar a Thor) su espada mágica. Con ella aniquila a toda la tribu de Untamo, a pesar de la insistencia de su familia para que se olvide de la venganza. Pero después de la matanza, Kullervo se encuentra a su familia muerta. Más allá de cualquier consuelo, le pregunta a la espada mágica si le quitará la vida; y ella dice que sí, que es una espada y le da igual a quién tenga que matar.

Conclusión

Con esto habrán visto que tanto Anderson como Tolkien han tomado muchos elementos de la mitología “canónica”. Tolkien es el que sin duda más ha bebido de esa fuente, como atestiguan los cientos (quizás exagere un poco) de nombres sacados sin cambios de los Edda y el Kalevala (el poema épico en el que se recoge la historia de Kullervo). Pero tanto Anderson como Haggard han hecho un trabajo fantástico de adaptación de las leyendas nórdicas al formato de novela actual. Anderson ha integrado todos los elementos de la mitología en una historia nueva, y Haggard escribió “Eric Brighteyes” como si lo hubiera copiado verbatim de un skald de la época.

Lo más interesante para mí son los elementos en común entre Kullervo, un mito del que no había oído hablar, y los protagonistas de Moorcock, Anderson y Tolkien:

  • La venganza como motivación principal
  • El héroe que descubre que su amor es en realidad su hermana
  • La escena final entre el héroe y la espada mágica
  • La muerte o desgracia de la familia del héroe como consecuencia, directa o indirecta, de su venganza

Túrin es casi una fotocopia de Kullervo, aunque adornada y tamizada por el arte de Tolkien. Elric tiene bastante de Kullervo, aunque también muchas diferencias. Skafloc no es una copia tan evidente como Túrin, pero también tiene muchos elementos en común.

Tolkien y Anderson reconocen sin ambages su influencia, pero Moorcock dijo en uno de los foros que frecuenta que no conocía el mito de Kullervo cuando escribió la escena final entre Elric y Stormbringer. Es curioso, pero verosímil: dada la personalidad de Stormbringer, con especial apetito por las almas de amigos y parientes, que acabara con su dueño no es más que una forma apropiada de terminar la saga.

Y con esto también termino yo la saga de espadas malditas en la literatura fantástica. Espero que les haya gustado; y si es así, o no, tienen la sección de comentarios para decirlo.