La vida en pequeñas dosis

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50 aniversario de los motores “hemi”

Hace unos días salió en Hemmings.com esta noticia: “Mopar celebrates 50 years of the 426 Hemi engine”. Me sonaba eso del motor “Hemi”, porque aparecía en muchos “muscle cars” originales o reformados. Y como no tenía ni idea de qué significaba, y a lo mejor ustedes tampoco, decidí enterarme y contárselo.

No esperen una explicación técnica demasiado elaborada: hice la obligatoria búsqueda en Google y encontré una explicación muy buena en HowStuffWorks, a la que les remito si tienen dudas. Yo sólo les contaré el resumen muy resumido, para que parezca que sé de lo que hablo aunque no sea así.

La palabra “Hemi” viene de “hemiespherical”, o “semiesférico” en español, y se refiere a la forma de la parte superior de la cavidad del cilindro. Voy a robarle una imagen a HowStuffWorks para que lo vean mejor:

Diseño básico de un motor "Hemi" (fuente: howstuffworks.com)

Diseño básico de un motor “Hemi” (fuente: howstuffworks.com)

Repasemos brevemente el funcionamiento básico de un motor de combustión: a través de un conducto se suministra al cilindro (la cavidad donde se lleva a cabo la combustión) una mezcla de aire y combustible. Cuando el pistón sube, comprime la mezcla. En ese momento la bujía genera una chispa, la mezcla estalla e impulsa el pistón hacia abajo, reiniciando el ciclo.

Hasta febrero de 1964, los motores usados en los coches que corrían en Daytona 500 eran del tipo llamado “flathead”, o “cabeza plana”. La cavidad del cilindro tenía un “techo” plano, contra el que se lanzaba el pistón y en el que se introducía la mezcla de combustible. La fabricación de un motor así es sencilla, y sobre todo, barata. Perfecta para un motor destinado a las masas. Pero en ese mes, Chrysler presentó un nuevo motor, en el que la cavidad del cilindro tenía un techo semiesférico. Otro cambio importante es que las válculas de admisión (por donde entra la mezcla de aire y combustible) y expulsión (por donde salen los gases generados tras la combustión) están situadas en lugares opuestos del techo de la cavidad del cilindro, en lugar de aparte, como en un motor “flathead”.

La mayor ventaja del motor Hemi es que concentra más la combustión, y eso la hace más eficiente; además, las válculas opuestas y de mayor tamaño facilitan la circulación de gases, aumentando el rendimiento del motor (explicación ultra-resumida; ver el artículo de HowStuffWorks para ver la explicación de verdad). Así que cuando Chrysler arrasó en Daytona 500 gracias a este motor, no sólo creó un hito tecnológico: también creó una leyenda.

 

El hermano perdido del Corvette

Hace un par de semanas estaba leyendo Hemmings.com, y me encontré con este coche:

Roadster LaSalle II, 1955 (fuente: hemmings.com)

Roadster LaSalle II, 1955 (fuente: hemmings.com)

Es un modelo único: un prototipo del LaSalle II, de 1955. Fue creado para el GM Motorama, una exposición de coches “futuristas” celebrada anualmente por GM para comprobar la reacción del público a algunas innovaciones, enseñar músculo con fantásticos concept cars y anunciar nuevos modelos. LaSalle era una rama de la marca Cadillac, que un ejecutivo llamado Harvey Earl quiso resucitar a mediados de los cincuenta. El Motorama fue el sitio escogido para presentar los nuevos modelos, un roadster (el que aparece en la foto) y un sedán de seis plazas.

Se creía que este coche, junto con otros expuestos el mismo año (Chevrolet Biscayne, La Salle II sedan y Cadillac Eldorado Brougham Town Car), había sido destruído en 1958. Pero no era así: habían sido despiezados y conservados en pésimas condiciones en un desguace de Sterling Heights, Michigan. Un aficionado llamado Joe Bortz los encontró, los compró y se dispuso a restaurarlos. En la foto se puede ver el resultado.

El LaSalle II es un “hermano” del Corvette, del que no puede negar su parecido. Incluye algunos elementos novedosos, como el espacio abierto para las ruedas traseras o un cuerpo unibody (de una pieza). Montaba un motor V6 con bloque de aluminio, que se incluyó en el modelo expuesto en Motorama pero no llegó a usarse nunca. Para la restauración, Joe Bortz decidió desechar el V6 y convertir el LaSalle II en un coche eléctrico.

Aquí les dejo un vídeo en el que se ven detalles de la restauración:

Una máquina del tiempo

Los “niños de los 80” tuvimos mucha suerte con el cine. Nos tocó una época en la que hubo películas fantásticas, en parte gracias a directores como George Lucas y Spielberg, pero también gracias a otros como Robert Zemeckis: director de “Forrest Gump”, “Náufrago”, “Quién engañó a Roger Rabbit” … y “Regreso al futuro”.

Esa película nos mostró un coche que aquí no veríamos nunca, uno de esos productos netamente americanos: grandes, deportivos y de aspecto espectacular. Estoy hablando del DeLorean, o para ser precisos, el DMC-12.

Delorean de 1981 (fuente: hemmings.com)

Delorean de 1981 (fuente: hemmings.com)

One hit wonder

La empresa DeLorean fue creada por John DeLorean en 1975. Tuvo una vida breve: en 1982 entró en bancarrota y sus acreedores se repartieron sus restos. Sólo fabricó un coche, el DMC-12. El primer prototipo apareció en 1976, y entró en producción en 1981. Sólo se fabricaron 9000 unidades.

Irónicamente, cuando protagonizó la película “Regreso al futuro” (1985), la compañía ya había dejado de existir. Zemeckis escogió el DMC-12 por sus puertas “ala de gaviota”, para darle un aspecto de nave alienígena.

Un coche y una historia

El coche de hoy apareció el 12 de septiembre en hemmings.com. Pertenece a Ian Yanagisawa, que cuando fue despedido decidió darse unas vacaciones viajando a través de los EEUU en el DeLorean de su madre, comprado cuando los niños se fueron de casa. Cuando se cansó de él, Ian lo adoptó y le hizo varias mejoras. Luego le despidieron, y antes de reincorporarse al mercado laboral, necesitaba desconectar un poco. Él lo explica así:

En algún momento necesitaré un trabajo, pero primero necesito alguna prueba de que el mundo no es tan frío ni impredecible como el ambiente corporativo en el que llevaba viviendo un tiempo. Aparte de quitarle el polvo a mi currículum, he decidido pasar cierto tiempo renovando mi optimismo. Necesito ver las cosas desde lejos, por decirlo así. Necesito poner esta decepción en un contexto más amplio y redescubrir el tipo de fe y esperanza que es tan difícil de encontrar y mantener estos días. Así que decidí hacer un viaje por carretera. Y no uno cualquiera. Decidí agarrar mi DeLorean y conducir hacia el atardecer para visitar sitios en los que no había estado, ver gente que no veo nunca y descubrir hasta dónde puedo ir en este poco fiable pero querido vehículo.

En el momento del artículo, Ian llevaba 12000 millas, y esperaba hacer unas 10000 más. Para los interesados, ha ido contando su viaje en su weblog.

 

El primer coche eléctrico

¿Cuándo dirían que apareció el primer coche eléctrico? ¿En los 90? ¿En los 80? ¿Quizás en los exuberantes 50?

La respuesta es “a principios del siglo XX”. ¡Ya había coches eléctricos antes de la primera guerra mundial! El ejemplo de hoy: un Baker de 1909.

Un Baker de 1909, propiedad de Jay Leno.

Un Baker de 1909, propiedad de Jay Leno.

(pinchen en la imagen para el artículo original, en inglés)

Hoy la fuente no es BaT, sino otra web sobre coches antiguos y coleccionismo, hemmings.com. Han hablado de coches de combustibles alternativos con el presentador de TV Jay Leno, un coleccionista de coches de todos los tipos y colores, que tiene varias de estas reliquias. Cito y traduzco:

Los coches eléctricos fueron bastante populares en la primera década del siglo XX. En New York había estaciones de carga por doquier. Los Baker, como mi 1909, tenían una autonomía de 80 millas con una carga; usaban luces eléctricas e iluminación interna cuando todo el mundo usaba gas para las luces. Tiene defensas de cuero — la fibra de carbono de un siglo atrás. Y no necesitan mantenimiento; incluso hoy, lo único que hago es cargarlo y conducirlo. Éste usa baterías Edison alcalinas originales — sólo las lavo, las relleno y ya está.

No sé ustedes, pero para mí esto fue un descubrimiento. No sabía que hubiera coches eléctricos tan antiguos, y la idea de una New York con estaciones de carga para ellos (algo que no es frecuente ni ahora mismo, que los híbridos y eléctricos empiezan a despegar) me parece increíble.

Otra cosa curiosa sobre estos coches: estaban pensados para mujeres. No lo digo yo, lo dice Leno:

A las mujeres les encantaban los coches eléctricos: eran fáciles de conducir, no echaban humo ni manchaban de grasa, eran silenciosos, no tenías que encenderlos con manivela, sólo girabas la llave y listo. Los hombres ricos los compraban para sus esposas, no para ellos. Incluso la mujer de Henry Ford, Clara, tenía uno. Pero el coche eléctrico tenía el mismo problema que el Mazda Miata cuando salió — no puedes vender a un hombre un coche de mujer.

El editor de hemmings.com añade que Baker incluía en el coche un kit de maquillado y un vaso para flores. Machismo aparte, es todo un detalle.

 

 

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